¡Desalmado!, ¡ingrato!, ¡pesetero! La industria de la informática le ha fabricado un portátil de 300 euros, un mesías electrónico para salvar el mercado en tiempo de crisis: el netbook. No, mejor aún, el NETBOOK. ¿Y qué hace usted? ¡Lo ignora! ¡Lo desprecia!
Las ventas de procesadores Atom, los que normalmente se instalan en este tipo de ordenadores, han caído en el primer cuarto del año un 33%. Si no le vale con las cifras del Atom, aquí tiene otra: La demanda de netbooks ha caído en el primer trimestre de 2009 un 26%.
Por descontado, es el primer trimestre, y es difícil competir con la Navidad y ese señor gordo de rojo. Las venta de ordenadores portátiles convencionales han caído más o menos lo mismo, de hecho, pero como señalan en Fast Company, la idea del netbook como "revolución" se ha agotado muy rápido. No queda mecha, ahora es sólo un producto más.
Y uno que ha dejado a los fabricantes con algo de resaca. La caída en la demanda de procesadores, según IDC, es síntoma de que se ha planeado mal la fiesta y al final han asistido cuatro gatos —cambie cuatro por 5,9 millones-. Intel va un poco más allá y apunta con el dedo a la confusión que han creado los propios fabricantes a la hora de vender estos productos como "portátiles", cuando en realidad no pueden hacer lo mismo que un ordenador tradicional y están enfocados más o menos de forma exclusiva a las aplicaciones en red.
En algunos casos el porcentaje de retorno, es decir, el número de usuarios que vuelve a la tienda diciendo "mire usted, es que el niño no puede editar vídeo con esta caja de plástico", es del 30%.
¿Debe usted lanzarse por la ventana más próxima? Probablemente, pero también puede tomarse un café o un té frente a la pantalla y relajarse. El netbook no se muere (le he engañado), pero sí se diluye. Cada vez cuesta más encontrarlo en los niveles de precio y características que lo definieron hace un año y probablemente, si la situación económica mejora, los portátiles tradicionales vuelvan a tener un poco más de empuje —los precios han bajado de forma considerable, precisamente para competir con estos pequeños -.
Los consumidores hemos aprendido rápidamente que no se pueden pedir peras al olmo y que un equipo de 300 euros no es un sustituto para uno de 900. Es un complemento. Nada más. ¡Y nada menos!
Quienes me leen a diario ya saben que los netbooks, por ahora, no son santo de mi devoción. Solo cuándo llegan a las 10 pulgadas de pantalla tienen un teclado lo suficientemente cómodo como para escribir, que es lo que hace un servidor (claudicaré en algún punto indeterminado de 2009 y acabaré siendo el máximo defensor de los netbooks, descuide.
Los conversos somos siempre los que damos la brasa). Pero sí creo que en esta industria nos encanta fabricar salvadores y destruir reyes y este es uno de esos ejemplos. El netbook tiene cuerda para rato, simplemente no hace las cabriolas que los fabricantes esperaban.
Fuente: diario El Mundo de España – www.elmundo.es
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