Escribo este post en el vuelo de Nueva York a San Francisco, un trayecto de seis horas en el que se agradece conexión a Internet. Normalmente acceder a la red desde el avión cuesta 12 dólares y la velocidad es parecida a la de un ADSL básico. Por 12 dólares (8 euros) no me lo pienso dos veces, si la línea aérea lo ofrece normalmente lo compro. Lo haría incluso para un trayecto la mitad de largo.
Pero esta vez me ha salido gratis. Paga Google. Hasta el próximo 15 de enero el buscador paga el acceso de cualquier cliente del servicio GoGo. También el de Boingo, que es el que está instalado en muchos aeropuertos de EE.UU. (47, para ser exactos). Internet gratis, cortesía del que, al fin y al cabo, manda en la red.
Lo interesante es que no es la única iniciativa de este tipo que se ha anunciado recientemente. Bing, el nuevo buscador de Microsoft, hace lo propio con la red de JiWire siempre que el cliente haga, al menos, una búsqueda en Bing. Yahoo también ha decidido pagar el acceso a todos los que visiten Times Square, en Nueva York, durante el próximo año. A esto hay que sumar el acceso gratuito en McDonalds y el de Starbucks para quienes tienen un iPhone. Casi parece que, por fin, lo del acceso gratuito a la red en lugares públicos va a dejar de ser una utopía.
Siempre que saco el tema en el blog me sorprende que alguien se pronuncie en contra de este tipo de iniciativas. En España, país de torrents y mulas, solemos considerar "gratis" como un precio bastante elevado. Pero pasa, y con bastante frecuencia. El argumento habitual es que si se da acceso por la patilla en el bar de la esquina, aquí no contrataría ADSL ni César Alierta.
Pero mi experiencia es justo la contraria, en las ciudades donde más fácil es conseguir acceso público a la red, es donde más común es encontrar a gente conectada en casa. El acceso público no es el más rápido y desde luego no es el más seguro. Es simplemente cómodo, sobre todo ahora que casi llevamos ordenadores en los bolsillos. El hábito de estar permanentemente conectados es lo que hace que nadie quiera aislarse cuando llega a casa.
En el caso de los aeropuertos, como dicen en PC World, esto no debería ser un "regalo de Navidad" de las grandes compañías. Son lugares de espera en los que por motivos de seguridad se nos obliga a estar varias horas antes de la salida del vuelo. El acceso gratis ayuda a compensar este tipo de molestias. Y no hay vuelo más silenciosos que los que vienen con acceso a Internet o con pantalla individual. Todo el mundo está sentado y entretenido. Tengo a mi lado a un niño de tres años y todavía no ha abierto la boca, no sé si es que la señal WIFi le afecta al cerebro o si está demasiado concentrado viendo Up en el monitor del respaldo.
http://elmundo.es
http://bloghardwareysoftware.blogspot.com
Pero esta vez me ha salido gratis. Paga Google. Hasta el próximo 15 de enero el buscador paga el acceso de cualquier cliente del servicio GoGo. También el de Boingo, que es el que está instalado en muchos aeropuertos de EE.UU. (47, para ser exactos). Internet gratis, cortesía del que, al fin y al cabo, manda en la red.
Lo interesante es que no es la única iniciativa de este tipo que se ha anunciado recientemente. Bing, el nuevo buscador de Microsoft, hace lo propio con la red de JiWire siempre que el cliente haga, al menos, una búsqueda en Bing. Yahoo también ha decidido pagar el acceso a todos los que visiten Times Square, en Nueva York, durante el próximo año. A esto hay que sumar el acceso gratuito en McDonalds y el de Starbucks para quienes tienen un iPhone. Casi parece que, por fin, lo del acceso gratuito a la red en lugares públicos va a dejar de ser una utopía.
Siempre que saco el tema en el blog me sorprende que alguien se pronuncie en contra de este tipo de iniciativas. En España, país de torrents y mulas, solemos considerar "gratis" como un precio bastante elevado. Pero pasa, y con bastante frecuencia. El argumento habitual es que si se da acceso por la patilla en el bar de la esquina, aquí no contrataría ADSL ni César Alierta.
Pero mi experiencia es justo la contraria, en las ciudades donde más fácil es conseguir acceso público a la red, es donde más común es encontrar a gente conectada en casa. El acceso público no es el más rápido y desde luego no es el más seguro. Es simplemente cómodo, sobre todo ahora que casi llevamos ordenadores en los bolsillos. El hábito de estar permanentemente conectados es lo que hace que nadie quiera aislarse cuando llega a casa.
En el caso de los aeropuertos, como dicen en PC World, esto no debería ser un "regalo de Navidad" de las grandes compañías. Son lugares de espera en los que por motivos de seguridad se nos obliga a estar varias horas antes de la salida del vuelo. El acceso gratis ayuda a compensar este tipo de molestias. Y no hay vuelo más silenciosos que los que vienen con acceso a Internet o con pantalla individual. Todo el mundo está sentado y entretenido. Tengo a mi lado a un niño de tres años y todavía no ha abierto la boca, no sé si es que la señal WIFi le afecta al cerebro o si está demasiado concentrado viendo Up en el monitor del respaldo.
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