Si las largas colas son un indicio del éxito que va a tener un nuevo producto electrónico, el iPad pasó hoy con nota su lanzamiento en Estados Unidos al generar de costa a costa entusiasmadas aglomeraciones para hacerse con las primeras unidades a la venta. A pesar incluso de la existencia de 230.000 pedidos anticipados con opción a recibir tranquilamente en casa la anticipada tableta con pretensiones de revolucionar la vida digital.
Sin esperar a los primeros resultados de ventas, tan sólo con el entusiasmo exhibido por la crítica especializada hacia su nuevo producto, la cotización en Wall Street de Apple ha subido esta semana hasta alcanzar la plusmarca de 238,73 dólares por título. Aunque todavía haya que esperar un mes para su venta en Europa, se anticipan hasta 8 millones de iPads comercializados para cuando termine el 2010. Con cálculos de que cada millón de iPads vendido supone 25 centavos de beneficio por cada acción de Apple.
Junto a las mejores previsiones para el último invento de Steve Jobs, el iPad también se presenta como un «boom» adicional para la cultura de las aplicaciones, esos programas que habitan iPhones, iPods Touch y demás ingenios móviles con el sistema operativo Android de Google.
Para hacerse una idea, la tienda de aplicaciones que Apple empezó a operar hace dos años tiene ahora 140.000 ofertas. Muchas están siendo adaptadas sobre la marcha para el iPad pero también existe una especie de estampida para crear nuevas opciones.
Todo este universo de «software» paralelo se ha propagado hasta constituir un mercado de 2.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos. Lo que se interpreta como una prueba de que la pantalla que aspira a convertirse en la más popular no es la televisión ni el ordenador, sino algún tipo de «gadget» inteligente y móvil. Por ejemplo, se calcula que los usuarios de iPhone ya utilizan sus teléfonos más de la mitad del tiempo para otra cosa que hablar.
Desde empresas embrionarias a «pesos pesados» de la comunicación de masas se están apresurando a lanzar aplicaciones para el iPad, que por ahora son más caras que las del iPhone. Pero Apple sólo ha facilitado por adelantado su producto a unas pocas compañías y bajo estrictas reglas de confidencialidad, lo cual ha limitado la oferta disponible de cara al lanzamiento de ayer. (Pedro Rodríguez - ABC – España)
Sin esperar a los primeros resultados de ventas, tan sólo con el entusiasmo exhibido por la crítica especializada hacia su nuevo producto, la cotización en Wall Street de Apple ha subido esta semana hasta alcanzar la plusmarca de 238,73 dólares por título. Aunque todavía haya que esperar un mes para su venta en Europa, se anticipan hasta 8 millones de iPads comercializados para cuando termine el 2010. Con cálculos de que cada millón de iPads vendido supone 25 centavos de beneficio por cada acción de Apple.
Junto a las mejores previsiones para el último invento de Steve Jobs, el iPad también se presenta como un «boom» adicional para la cultura de las aplicaciones, esos programas que habitan iPhones, iPods Touch y demás ingenios móviles con el sistema operativo Android de Google.
Para hacerse una idea, la tienda de aplicaciones que Apple empezó a operar hace dos años tiene ahora 140.000 ofertas. Muchas están siendo adaptadas sobre la marcha para el iPad pero también existe una especie de estampida para crear nuevas opciones.
Todo este universo de «software» paralelo se ha propagado hasta constituir un mercado de 2.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos. Lo que se interpreta como una prueba de que la pantalla que aspira a convertirse en la más popular no es la televisión ni el ordenador, sino algún tipo de «gadget» inteligente y móvil. Por ejemplo, se calcula que los usuarios de iPhone ya utilizan sus teléfonos más de la mitad del tiempo para otra cosa que hablar.
Desde empresas embrionarias a «pesos pesados» de la comunicación de masas se están apresurando a lanzar aplicaciones para el iPad, que por ahora son más caras que las del iPhone. Pero Apple sólo ha facilitado por adelantado su producto a unas pocas compañías y bajo estrictas reglas de confidencialidad, lo cual ha limitado la oferta disponible de cara al lanzamiento de ayer. (Pedro Rodríguez - ABC – España)
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