1274 días, 7 horas, 57 minutos, 17 segundos, 16, 15, 14, 13... Era el tiempo que marcaba ayer, a la hora de escribir estas líneas, el contador del IPv6 Forum. El tiempo exacto que queda, según los expertos, para el colapso de internet.
Y si es usted una de las muchas personas que creen que resulta complicado encontrar un nombre de usuario o una dirección de correo electrónico libre, una que alguien no haya ocupado ya, espere a que el contador llegue a cero. Para entonces, a mediados de 2011, le será del todo imposible conseguir, incluso, una simple conexión que permita a su ordenador acceder a internet.
El motivo de esta crisis inminente es sencillo, aunque la solución es complicada. Y es que las direcciones IP, esas que identifican a los dispositivos que se conectan a internet y permiten su acceso, se están acabando.
De hecho, los datos de este mismo mes indican que en todo el mundo ya están «cogidas» el 85 por ciento de los cerca de 4.300 millones de direcciones IP que permite el protocolo de internet en uso (IPv4, o Internet Protocol versión 4). Y eso, en un momento de auge del número (y la variedad) de dispositivos capaces de conectarse a la red de redes es una mala, muy mala noticia.
Situación crítica
Así lo subraya también un informe elaborado por la OCDE que será presentado en Corea el 17 y 18 de junio, durante la próxima cumbre ministerial. «La situación -dice textualmente el documento- es crítica para el futuro de la economía de internet».
El informe urge a los gobiernos de todo el mundo para que actualicen la versión actual (IPv4) a la nueva IPv6, que en la práctica puede ofrecer un número ilimitado de direcciones IP (en realidad, unos 340 sextillones de ellas, lo que supone cerca de 670.000 billones de direcciones por cada milímetro cuadrado del planeta).
En palabras de Vinton Cerf, uno de los «creadores» de internet y en la actualidad vicepresidente mundial de Google, «la hora de IPv6 ha llegado». Su implantación será, según el experto, la siguiente gran revolución tecnológica a la que se deberá enfrentar el mundo.
Que las direcciones IP disponibles no iban a durar siempre es algo que se sabe desde hace más de una década. Pero a pesar de que el nuevo protocolo (IPv6) fue desarrollado a mediados de los noventa, aún no ha sido adoptado por la inmensa mayoría de los países y organizaciones.
Un desastre anunciado
El problema principal es que ambos protocolos no son compatibles entre sí, de modo que los dispositivos que se conectan a internet por medio de uno de ellos no pueden hacerlo por vía del otro.
En la actualidad, la mayor parte de los dispositivos electrónicos preparados para IPv6 se encuentran en Asia, especialmente en China, Japón, Corea y Taiwan. Y aunque las nuevas versiones de los principales sistemas operativos (Windows Vista, MacOS X...) también están ya preparados, lo cierto es que nadie ha dado aún el pistoletazo de salida.
Hoy, los proveedores de servicio a internet gestionan la escasez restringiendo al máximo la asignación de nuevas direcciones. Soluciones técnicas como la asignación de IP variables (es decir, direcciones que se renuevan en cada nueva conexión) ha permitido un mejor aprovechamiento de las direcciones existentes.
Igual que la Traducción de Direcciones de Red (NAT), un sistema que permite a empresas y proveedores asignar paquetes de IP privadas, que sin embargo tienen la limitación de no permitir el pleno acceso a la red.
Recursos que han servido, como mucho, para tener un respiro. Un respiro, como se ha visto, con fecha de caducidad. Y el contador sigue bajando...
Fuente: diario ABC de España - www.abc.es
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