Poco a poco se están introduciendo tejidos "inteligentes" con sistemas informáticos incorporados y sensores que permiten aplicaciones como la vigilancia por Internet de las personas o el control a distancia de su salud.
Los expertos de la moda trabajan cada vez más en el diseño de 'e-tejidos' en los que el propio textil actuaría como una red de comunicación a lo largo de toda la prenda, ha explicado a Efe Miguel Angel Pascual, director del Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid, un centro adscrito a la Universidad Politécnica (UPM).
Por este centro, en donde desde el próximo curso se impartirá una doble titulación con la que se podrá obtener el Título oficial de Diseño en Moda y el Título propio de Diseñador Superior de Moda, han pasado diseñadores como la burgalesa Amaya Arzuaga, y además cuenta con talleres "pioneros" como el de piel, construido en su día con la colaboración de la empresa Loewe.
Permanentemente conectados
Con el desarrollo de los textiles cibernéticos, sólo con vestirse, las personas podrán conectarse, en cualquier momento y lugar, a todo tipo de redes de Internet, como por ejemplo a los sistemas telemáticos de información en museos o ciudades, entre otros, según Pascual.
Aparte de estos tejidos cibernéticos, los expertos trabajan también en la investigación de otros nuevos materiales para ser incorporados en las prendas de vestir, y mejorar así la vida de las personas sin la limitación única de protegerlas del frío, un concepto que está dejando atrás el tradicional concepto de la moda.
Los científicos trabajan actualmente en el estudio de materiales interactivos para mejorar la comodidad de las personas; otros, con propiedades ópticas, que hacen variar las distintas tonalidades en función de la luz; para mejorar la circulación sanguínea de las piernas y con capacidad para hacer frente a las bacterias o a los malos olores.
Existen textiles "inteligentes", que producen reacciones en contacto con el cuerpo o ciertos factores ambientales, como la luz, la temperatura, y otros que mejoran la comodidad de quienes los llevan o su protección frente al exterior, siendo además más ligeros y dotados de propiedades de adaptación a las temperaturas, evitando el sudor.
Los materiales con propiedades ópticas hacen que los colores cambien visualmente, dependiendo de la incidencia de las distintas luces y su intensidad sobre las telas, con reflejos, y con la descomposición de la luz blanca en distintos colores del espectro o en distintas tonalidades.
La protección frente a las bacterias es otra de las aplicaciones de los nuevos tejidos, con la introducción de materiales microcapsulados, con elementos que se liberan y sirven para proteger desde el punto de vista higiénico al cuerpo, evitando los malos olores o incluso emanando aromas agradables.
El Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid que dirige Pascual, aparte del taller de piel, cuenta con varios laboratorios para el estudio de la aplicación de los nuevos materiales a los tejidos, entre otros, el físico-químico en donde los alumnos pueden verificar muchas características de los textiles. Entre otras, la forma en la que reaccionan las telas frente a la luz, el color que presentan debido a los distintos tipos de iluminación, o su elasticidad y facilidad para hacer frente a los roces o a los lavados excesivos.
Fuente: diario QUE de España – www.que.es
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